Estoy en el puente. Cruzarlo es la selva. No hay luna, no hay estrellas. Un caballo aparece en el otro extremo. Trae una luz encima. Al acercarse, la luz, permite que se recorte una figura que lo monta. Lleva sombrero llanero. Quedé pegada al puente, justo a la mitad. El caballo, en la noche, con el jinete de las sombras se acerca. Ahí la selva. Lento galopar al acecho. Siento miedo. Al llegar junto a mi, van desapareciendo las formas, la luz encandila, la figura humana se hace noche, se funde con el aire. Sólo logro ver la gran sonrisa blanca a modo de saludo. Supongo una mano que hace el gesto con el sombrero.
El caballo lento, negro, cruzó el puente.
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Andrés Seoane también vio a través de su lente |
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